En este proyecto en curso, desarrollo un nuevo universo fotográfico en el que continúo explorando valores corporativos y económicos a través del espacio y de los elementos que nos rodean.
Estas imágenes generan un ambiente críptico en el que el espectador establece una relación compleja y desafectiva con los sujetos de la imagen.
Son estos elementos extraños, oscuros e imponentes los que despiertan mi interés y me obligan a aislarlos para resaltar su función, basada en la ambición laboral y la distinción social.
El título “The Vectoralist” proviene de la escritora australiana McKenzie Wark, quien en su libro A Hacker Manifesto(2004) plantea una nueva forma de entender las clases sociales en la era digital de la información. En su visión, a diferencia del análisis marxista tradicional, centrado en la propiedad de los medios de producción materiales (como fábricas o tierras), Wark concentra su análisis en el control de la información, los datos y los vectores de comunicación.
La clase vectorialista es aquella que posee y controla los vectores a través de los cuales circula la información (infraestructuras digitales, plataformas y servicios digitales, y derechos de propiedad intelectual).
En mi proyecto, The Vectoralist, utilizo esta idea como punto de partida para reformar el paisaje urbano mediante elementos, estéticas y componentes propios del mundo digital, con el objetivo de reafirmar mi condición de usuario del sistema basado en el capitalismo de la información en el que vivimos. Mis imágenes, difundidas a través de internet, constituyen una mera contribución más dentro de los vectores por los que circula la información.